Castraco: Capitalismo crece junto al soborno y el fraude

Que en Cuba hay corrupción no es noticia. Es el régimen instaurado en 1959 y que se basó de origen en quitar sin miramientos a unos, en beneficio de los Castracos y las limosnas para el resto que lo aplaudian. Luego cuando las cosas se acabaron y se fue aniquilando la riqueza nacional del entonces país 22 por PIB del planeta, comenzó el «resolver». La forma socialista de robar con autorización. Los compañeros con mas recursos y medios materiales hacían uso privado de todo lo que tenían bajo su dirección. Este chanchullo estaba autorizado. Desde Director para arriba tenían ademas tiendas especiales para ellos y según qué sectores priorizados recibieron por décadas sus alimentos y demás productos de forma diferenciada. Ahora que el régimen se tambalea y que la ideología castraca está siendo cambiada por el catolicismo servil, los mandamientos no entran en los rezos.

El fraude ahora toma otras formas y este reporte analiza cómo el soborno es una de las primeras causas penales en la isla. El asunto esta muy generalizado y tiene mas alcance del que se dice, sin embargo que se hable de esto es una señal mas que alarmante. Cuando 250 000 cubanos del Castraco están en muchos países están trasnmitiendo estos sistemas nada democráticos allí donde llegan… y en el futuro después que los Castro se vayan todo intento de llevar a Cuba por la ruta del progreso solo podrá funcionar si se hace una depuración muy grande de esta lacra que se encuentra super arraigada en la sociedad cubana actual.

Sobornos y fraude son los delitos de corrupción más frecuentes en Cuba. EFE | La Habana
La contralora general de Cuba, Gladys Bejerano, afirmó hoy en La Habana que los delitos de corrupción más frecuentes en la isla, que, según dijo, «no son muchos» si se comparan con otros países, son el soborno, el fraude, la evasión fiscal o el tráfico de influencias.

«El delito que más se repite es el intento de soborno, de fraude (…) evadir el fisco, buscar influencias para preferencias, para favorecimientos o para tener opción de ventas que pueden ser no beneficiosas para el país», dijo Bejerano a los periodistas tras la inauguración de un foro sobre ciencias penales.

Agregó que estas situaciones suelen estar asociadas al comercio, a las importaciones o exportaciones.

Sin precisar cuántos casos de corrupción se han detectado o se investigan actualmente en Cuba, Bejerano comentó que «no son muchos» en comparación con otros países.

«Son algunos casos. Quisiéramos que no existiera ni uno, pero no son excesivos casos», indicó.

La contralora tampoco cuantificó cuántos empresarios extranjeros están detenidos o encausados en Cuba por delitos de corrupción, al tiempo que defendió que esos procesos se desarrollan con «todas las garantías» tanto para los procesados como para la defensa de los derechos del pueblo cubano.

«Estamos defendiendo que se administren los recursos del país como corresponde y en esos negocios mixtos hay una parte de capital cubano, que pertenece al pueblo», añadió.

También recordó que «todo negocio que se establece en un país tiene el deber de respetar las leyes de ese país».

En cuanto a las causas de la corrupción en la isla admitió la necesidad de mejorar «en la eficiencia de la gestión económica».

«Tenemos deficiencias y errores. Pero una cosas son errores y otra son los horrores de cuando una persona se degrada a sí misma y se pone precio. Cuando una persona es capaz de aceptar un precio pierde todo su valor moral», añadió.

En su intervención en la apertura del XI Encuentro Internacional de Ciencias Penales, Bejerano destacó que «la corrupción es uno de los principales enemigos de la Revolución cubana» y subrayó que para prevenir esta lacra no se pueden tener actitudes «blandengues» y «complacientes».

La lucha contra la corrupción es una de las banderas del mandato del presidente Raúl Castro, quien creó en 2009 la Contraloría General, con Bejerano al frente de este órgano, para auditar a las empresas e instituciones de la isla.

En agosto pasado se dio a conocer que doce directivos de una firma estatal de la industria del níquel, el principal producto de exportación del país, habían sido condenados a penas de 4 a 12 años de cárcel por corrupción.